En un baño de bosque se viven momentos muy puros

Al conectar con la naturaleza no desde un espacio racional ni de alcanzar alguna meta, si no desde el sentir y del ser, se abren espacios amplios y seguros desde donde explorarnos y conocernos mejor.

Donde podemos aceptarnos tal y como somos, mejor.

La naturaleza es la madre del no-juicio. Te recibe tal y como llegues: triste, cansado, feliz, dichoso, pasando por un luto o simplemente, aturdido.

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Sea como sea te recibe.

Te acoge. Te acuna.

Si te lo permites y te das el tiempo de entregarte y soltar las cargas que traes de fuera, la naturaleza te baña y te limpia de eso que te pesa y que ya no necesitas seguir cargando.

Por eso el nombre de ‘baños de bosque’. Porque salimos a soltar, a limpiar, a purificar lo que ya no necesitamos, y sin darnos cuenta se abre en nosotros nuevamente el espacio para recibir y para dar lo mejor de nosotros. Se abre el espacio para recordar quienes somos y qué es lo realmente importante en nuestras vidas.

Así que si tienes oportunidad, vive una experiencia guiada, realmente es muy transformador. Si no, regálate la vivencia de salir y explorar a tu manera, a tu ritmo, sin prisa, sin expectativas, sin objetivos. Deja que la naturaleza te enseñe cómo y por dónde.



Deja que te enseñe lo que se siente ser libre para Ser.

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